Los cimientos son una parte fundamental en la construcción de cualquier edificación, y esto se aplica también en el ámbito espiritual. En la Biblia, los cimientos son mencionados en varias ocasiones como una metáfora para referirse a las bases sólidas que debemos tener en nuestra fe y en nuestra vida en general.
La importancia de los cimientos en la vida cristiana
En el Nuevo Testamento, Jesús habla sobre la importancia de tener una base sólida para nuestra vida espiritual:
“Por tanto, todo aquel que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.” (Mateo 7:24)
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” (1 Corintios 3:11)
Esto significa que debemos basar nuestra vida en los principios y enseñanzas de Jesús, y edificar sobre esa roca sólida para poder resistir cualquier adversidad o prueba que se presente.
Los cimientos en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, los cimientos son mencionados también como una metáfora para referirse a la fundación de la nación de Israel:
“Si los cimientos fueren destruidos, ¿qué ha de hacer el justo?” (Salmos 11:3)
“Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré en parábolas mi boca; hablaré cosas ocultas desde tiempos antiguos, las cuales hemos oído y entendido, y nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos, y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde, generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu. Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron las espaldas en el día de la batalla. No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley; olvidaron sus obras y sus maravillas que les había mostrado. Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. Dividió el mar y los hizo pasar; detuvo las aguas como un montón; y en la nube los guió de día, y toda la noche con resplandor de fuego. Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos; abrió la peña, y fluyeron aguas; corrieron por los arroyos como ríos. Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto. Y tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo comida a su antojo. Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? He aquí ha herido la peña, y fluyeron aguas, y torrentes inundaron la tierra; ¿podrá dar también pan, o preparar carne para su pueblo? Por tanto, oyó Jehová, y se enojó; Y se encendió fuego en Jacob, y ardó ira contra Israel; Por cuanto no creyeron a Dios, ni confiaron en su salvación. A pesar de todo, les mandó la nube para que los cubriese, y el fuego para que les alumbrase de noche. Hendió la peña en el desierto, y les dio de beber como de grandes abismos; saciólos de manjar de ángeles, les dio a comer pan del cielo. Quitó el viento solano de los cielos, y trajo con su poder viento del sur; y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves que vuelan como arena del mar; y las dejó caer en medio de su campamento, alrededor de sus habitaciones. Comieron, y se hartaron bien, y les cumplió el deseo. No se apartaron de su gusto; aún estaba la comida en sus bocas, cuando vino la ira de Dios sobre ellos, y mató a los más robustos de ellos, y abatió a los escogidos de Israel. Con todo esto, pecaron aún, y no creyeron por sus maravillas. Por tanto, consumió en ellos sus días como un soplo, y sus años en repentina angustia. Cuando los hacía morir, entonces le buscaban, y se volvían y madrugaban a buscar a Dios; y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor. Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían; porque sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.” (Salmos 78:1-37)
De este pasaje podemos ver que la fundación de la nación de Israel fue establecida por Dios mismo, y que la fe y la obediencia a sus mandamientos era la base sólida sobre la cual se debía construir la sociedad israelita.
La construcción de nuestra vida en los cimientos de la fe
En resumen, los cimientos son una metáfora importante en la Biblia para referirse a la base sólida que debemos tener en nuestra fe y en nuestra vida en general. Debemos edificar nuestra vida sobre la roca sólida de las enseñanzas de Jesús y obedecer sus mandamientos, y así podremos resistir cualquier adversidad o prueba que se presente. Al igual que la fundación de la nación de Israel fue establecida por Dios mismo, nuestra vida debe ser construida en los cimientos de la fe en Dios y en su Palabra.
Por lo tanto, es importante que reflexionemos sobre los cimientos de nuestra vida y veamos si estamos construyendo sobre una base sólida o si estamos edificando en arena movediza. Si encontramos que nuestra vida está edificada sobre cimientos débiles, debemos volver a los principios de la Palabra de Dios y edificar sobre la roca sólida de su verdad.
En conclusión, los cimientos son una metáfora importante en la Biblia para referirse a la base sólida que debemos tener en nuestra fe y en nuestra vida en general. Debemos edificar nuestra vida sobre la roca sólida de las enseñanzas de Jesús y obedecer sus mandamientos, y así podremos resistir cualquier adversidad o prueba que se presente.
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